lunes, 29 de agosto de 2011

Llámalo Q

Quiero escribir no significa lo mismo que necesito escribir. Sin embargo el objetivo acaba siendo el mismo. Una persona intentando plasmar sus sentimientos. En este momento yo necesito que mis pensamientos se transformen en palabras. Si tuviera que definirme sería diciendo que soy una persona incrédula. No creo en la existencia de la mayoría de las cosas que nos rodean. O al menos en aquellas que no están científicamente demostradas. Si me preguntas por las supersticiones te propondré quedar un martes trece debajo de una escalera. No será muy distinto si lo haces con cualquier otra cosa a la que considere una casualidad. Me gusta pensar que todo sucede por algún motivo pero estoy convencida que solo nosotros mismos podemos controlar cada uno de nuestros pasos. La afirmación anterior es una forma de demostrar que también soy contradictoria. Pero lo peor de todo viene cuando me siento incapaz. Cuando ni siquiera siento fuerzas para continuar hacia delante. Como ese sueño que tuve el otro día y no me puedo quitar de la cabeza. Ojala sucediera igual con aquellos en los que apareces pero mi memoria es caprichosa. Estaba en un lugar extraño en el que no me sentía segura, cogía mi teléfono móvil e intentaba llamar por teléfono. No recuerdo a quien tampoco que pretendía con esa llamada pero por más que lo intentaba el teléfono siempre se apagaba. Me desperté sin haberlo conseguido y volvió a aparecer esa sensación. En realidad nunca se había ido.

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