sábado, 15 de octubre de 2011

Una partitura desordenada

Debo confesar que no es casualidad que haya dejado de escribir. Un músico cuando está interpretando una composición sigue las notas de la partitura para conseguir una melodía perfecta. Dentro de nuestro cerebro existen demasiados pensamientos que deben ser ordenados para conseguir transmitir. El problema es que cuando escribo no puedo evitar desprenderme de la racionalidad y el sentido común. Dejo a un lado todas esas mentiras que construyo para ser más fuerte de lo que soy. Me convierto en una persona humana con una variada gama de sentimientos. Todo se hace más intenso dentro de mí hasta tal punto que las palabras me delatan y no importa cuánto las quiera camuflar. Entonces me observo a mi misma sentada en una cafetería y diciendo que optar por ser racional es la mejor opción. Me pregunto cosas como ¿a quién quiero engañar? ¿a mí misma o a los demás? Decido que empezar por engañar a los demás es la opción más sencilla. Si consigo que alguien se lo crea puede que algún día sea yo la que consiga cambiar mis sentimientos. Pero la verdad es que no hay un día que me levante pensando que estoy cometiendo un error, que me sienta débil a la vez que valiente, que piense en ti y desee estar a tu lado. No escribir hace que todo sea más sencillo pero no cambia las cosas. ¿Qué más da? Los sentimientos son para sentirlos no para pensarlos.

1 comentario:

  1. Parece que esta entrada la hubiese escrito yo... jeje Esta y otra que leí por ahí ("Duele") me recordó a una que escribí yo hace tiempo y que anda pululando por mi blog.

    En fin! te dejo un saludo por aquí!
    Interesante blog!^^

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