sábado, 29 de octubre de 2011

Aprender a recordar

Es extraño encontrarte en cada rincón y actuar como si fueras una desconocida. Prefiero apartar la mirada para evitar ese momento en el que nuestros ojos se cruzan. Llámame estúpida pero a estas alturas me siguen inundando los recuerdos cuando estas a menos de un metro de distancia. Me pregunto cómo llegamos a ser autenticas desconocidas y siento nostalgia de aquellos momentos que forman parte del pasado. El problema es que tú siempre serás esa historia que no tuvo final y yo una inexperta en el arte de olvidar. Tan cobarde como para sujetar la puerta para que pases e ignorar ese gracias que sale de tu boca. Siempre odiaré esa parte de mí que se bloquea y no me deja actuar. Asumo que hay algo dentro de mí que no funciona bien. ¿Por qué nunca soy capaz de luchar lo suficiente?

Colapso de sentimientos

A veces me descubro pensando cosas que no tienen sentido. Sintiendo un miedo atroz hacia todo lo que me rodea. No estoy segura si siempre ha sido así. Cuando me pongo a pensar en el pasado recuerdo a una persona segura de sí misma. Capaz de caminar con firmeza convencida que bajo sus pies nada se puede tambalear.

sábado, 15 de octubre de 2011

Una partitura desordenada

Debo confesar que no es casualidad que haya dejado de escribir. Un músico cuando está interpretando una composición sigue las notas de la partitura para conseguir una melodía perfecta. Dentro de nuestro cerebro existen demasiados pensamientos que deben ser ordenados para conseguir transmitir. El problema es que cuando escribo no puedo evitar desprenderme de la racionalidad y el sentido común. Dejo a un lado todas esas mentiras que construyo para ser más fuerte de lo que soy. Me convierto en una persona humana con una variada gama de sentimientos. Todo se hace más intenso dentro de mí hasta tal punto que las palabras me delatan y no importa cuánto las quiera camuflar. Entonces me observo a mi misma sentada en una cafetería y diciendo que optar por ser racional es la mejor opción. Me pregunto cosas como ¿a quién quiero engañar? ¿a mí misma o a los demás? Decido que empezar por engañar a los demás es la opción más sencilla. Si consigo que alguien se lo crea puede que algún día sea yo la que consiga cambiar mis sentimientos. Pero la verdad es que no hay un día que me levante pensando que estoy cometiendo un error, que me sienta débil a la vez que valiente, que piense en ti y desee estar a tu lado. No escribir hace que todo sea más sencillo pero no cambia las cosas. ¿Qué más da? Los sentimientos son para sentirlos no para pensarlos.