martes, 22 de noviembre de 2011

Des-amor

Sé que lo estás pensando. No me preguntes el motivo. No sabría responder algo coherente. Solo te pido que no lo hagas. No llames a ese sentimiento amor. Utiliza una frase como por ejemplo “Eres la chica más especial del mundo”. Tiene más sentido así. Y te voy a decir por qué para que lo comprendas. El amor no sirve de nada si no lo sientes.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Decisiones acertadas

Las decisiones importantes suelen ser las más difíciles de tomar. En nuestro caso hemos conseguido que sea algo sencillo. Los sentimientos igual que surgieron por casualidad se han ido transformando. Llega un momento en el que tienes que abordar la realidad. Quererse es bonito pero nunca una historia ha sobrevivido a base de sueños. Ahora es cuando comprendo que seguir destruyéndose no tenía ningún sentido. Prefiero quedarme con un buen recuerdo y poder decir que no me arrepiento de nada de lo que hemos vivido. Debo reconocer que me gustaría que mi corazón tuviera la facilidad de sentir igual de rápido que el de otras personas. Sé que al mío le costara un poco más porque es más inexperto. Pero cuando lo haga será de verdad y entonces sentirá que ha merecido la pena esperar. Un día, semanas, meses, años... ¿Qué más da? Todo llega.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Un paseo por mis sentimientos

Play y suena “Un día en el parque”. Deberíais saber que no es una canción cualquiera. Todavía puedo sentir el roce de tus manos cuando esa melodía recorre mis oídos. El mundo se hacía pequeño a mí alrededor y solo estábamos tú y yo. En ese momento hasta los miedos habían decidido darme una merecida tregua. Hubiera construido nuestro pequeño paraíso en aquel parque. Todavía estaría besándote, perdiéndome en tus ojos e inhalando tu aroma. En la vida las cosas no son fáciles y mucho menos cuando se trata de nosotras. Dos especialistas en hacer lo más sencillo complicado. Entonces sigo avanzando en el tiempo hasta remontarme a la última vez que estuvimos juntas. Solo puedo recordar los miedos, las inseguridades, los miedos, las inseguridades, los miedos. Todo esto en bucle hasta no poder dejarlos ni un segundo a un lado. Quizás fuera mi culpa por quererte dar mucho más de lo que está en mi manos. Conseguí aquello que más temía aunque pueda resultar absurdo. Por un momento pensé que al ser desastroso podría olvidarme de ti. Ignorando por completo que lo nuestro nunca será una historia cualquiera. Estás en cada rincón de mi mente incluso cuando me propongo no pensar. Ojala no sintiera la necesidad de escapar cuando mis sentimientos se colapsan. Quererte es algo que me sale de forma natural y a veces me destroza por dentro. Pero no dudes que merece la pena. ¡No lo hagas nunca!

sábado, 29 de octubre de 2011

Aprender a recordar

Es extraño encontrarte en cada rincón y actuar como si fueras una desconocida. Prefiero apartar la mirada para evitar ese momento en el que nuestros ojos se cruzan. Llámame estúpida pero a estas alturas me siguen inundando los recuerdos cuando estas a menos de un metro de distancia. Me pregunto cómo llegamos a ser autenticas desconocidas y siento nostalgia de aquellos momentos que forman parte del pasado. El problema es que tú siempre serás esa historia que no tuvo final y yo una inexperta en el arte de olvidar. Tan cobarde como para sujetar la puerta para que pases e ignorar ese gracias que sale de tu boca. Siempre odiaré esa parte de mí que se bloquea y no me deja actuar. Asumo que hay algo dentro de mí que no funciona bien. ¿Por qué nunca soy capaz de luchar lo suficiente?

Colapso de sentimientos

A veces me descubro pensando cosas que no tienen sentido. Sintiendo un miedo atroz hacia todo lo que me rodea. No estoy segura si siempre ha sido así. Cuando me pongo a pensar en el pasado recuerdo a una persona segura de sí misma. Capaz de caminar con firmeza convencida que bajo sus pies nada se puede tambalear.

sábado, 15 de octubre de 2011

Una partitura desordenada

Debo confesar que no es casualidad que haya dejado de escribir. Un músico cuando está interpretando una composición sigue las notas de la partitura para conseguir una melodía perfecta. Dentro de nuestro cerebro existen demasiados pensamientos que deben ser ordenados para conseguir transmitir. El problema es que cuando escribo no puedo evitar desprenderme de la racionalidad y el sentido común. Dejo a un lado todas esas mentiras que construyo para ser más fuerte de lo que soy. Me convierto en una persona humana con una variada gama de sentimientos. Todo se hace más intenso dentro de mí hasta tal punto que las palabras me delatan y no importa cuánto las quiera camuflar. Entonces me observo a mi misma sentada en una cafetería y diciendo que optar por ser racional es la mejor opción. Me pregunto cosas como ¿a quién quiero engañar? ¿a mí misma o a los demás? Decido que empezar por engañar a los demás es la opción más sencilla. Si consigo que alguien se lo crea puede que algún día sea yo la que consiga cambiar mis sentimientos. Pero la verdad es que no hay un día que me levante pensando que estoy cometiendo un error, que me sienta débil a la vez que valiente, que piense en ti y desee estar a tu lado. No escribir hace que todo sea más sencillo pero no cambia las cosas. ¿Qué más da? Los sentimientos son para sentirlos no para pensarlos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Pica, escuece, duele..

No te voy a mentir. Tenía la esperanza de que todo fuera más sencillo. Cuando era pequeña jugaba a videojuegos. Nunca se me dieron bien. La mayoría de veces me estancaba en una pantalla y acababa dejándolos. En contadas ocasiones decidía retomar el videojuego, accedía a la misma pantalla y todo parecía más sencillo. ¿Crees que ocurrirá algo así? Me encantaría pensar que estamos haciendo lo correcto. Conseguir que esta situación no me mate por dentro. Cambiar las lágrimas por sonrisas. Encontrar un maldito motivo para levantarme por las mañanas. Sin ti es tan difícil, joder. Todo el mundo dice que estas situaciones nos hacen fuertes. ¿Y si no quiero serlo? Solo sé que intento no pensar. Censuro cada uno de mis pensamientos en los que tú eres la protagonista. Sin embargo, el simple hecho de ponerme una camiseta hace que me acuerde de ti. Elegir entre aquella que me regalaste por primera vez, la última que me puse cuando estaba contigo o esa que tú misma construiste con una estrella y un corazón. Después llego a clase dispuesta a desconectar con el mundo y aparece la profesora de nutrición. Recuerdo ese momento caminando entre calles oscuras cuando te dije que iba a ser una experta en la materia. Más tarde la profesora habla del “pan preñao”, una lágrima recorre mi mejilla y continúo haciendo como si no me hubiera afectado. Me engaño a mí misma porque vuelvo a pensar en todo lo que hemos vivido. ¿Me engañaba antes? ¿Me engaño ahora? Yo que sé. Lo peor es cuando llego a casa e inconscientemente te busco por cada rincón. Pienso que todo ha sido una pesadilla de esas en las que estas deseando despertar. Comienzo a pellizcarme el brazo, a golpearme más fuerte y más tarde el dolor se hace tangible. Ahora sí, comienzo a llorar al confirmar que todo es real. Sigo esperando que aparezcas en cada mensaje o llamada. Incluso a veces pienso en ser yo la que se trague su propio orgullo. Pero no, es tu decisión y si algo deseo es que seas feliz. No te hago feliz me repito a mí misma. Yo mataría monstruos por ti, ¿recuerdas? Descubro que soy capaz de matarme hasta a mí misma.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Fría como el hielo

A estas alturas todavía desconozco cosas de mi misma. No tengo ni idea de la mayoría. No sé si soy una persona cariñosa. O por el contrario un trozo de hielo que se va deshaciendo. ¿Y por qué hielo? El hielo es frío. Si te acercas demasiado te quema y se destroza cuando lo golpeas. Sin embargo si lo dejas en un lugar cálido se acaba deshaciendo y se convierte en algo imprescindible. Aquello que constituye la mayor parte de nuestro cuerpo. No le damos importancia pero si no existiera un setenta por cierto de nuestro cuerpo desaparecería.

lunes, 29 de agosto de 2011

¿Duele?



Matate. Destrózate por dentro. Hazte daño como tú solo sabes. ¿Te sientes mejor? ¡No me engañes! Continua. No pares. ¿Duele? Creo que sé cómo te sientes. A mí también me asfixia. Y no pruebes a huir de ti o de mi. Porque es demasiado tarde. Lo sabes.

Llámalo Q

Quiero escribir no significa lo mismo que necesito escribir. Sin embargo el objetivo acaba siendo el mismo. Una persona intentando plasmar sus sentimientos. En este momento yo necesito que mis pensamientos se transformen en palabras. Si tuviera que definirme sería diciendo que soy una persona incrédula. No creo en la existencia de la mayoría de las cosas que nos rodean. O al menos en aquellas que no están científicamente demostradas. Si me preguntas por las supersticiones te propondré quedar un martes trece debajo de una escalera. No será muy distinto si lo haces con cualquier otra cosa a la que considere una casualidad. Me gusta pensar que todo sucede por algún motivo pero estoy convencida que solo nosotros mismos podemos controlar cada uno de nuestros pasos. La afirmación anterior es una forma de demostrar que también soy contradictoria. Pero lo peor de todo viene cuando me siento incapaz. Cuando ni siquiera siento fuerzas para continuar hacia delante. Como ese sueño que tuve el otro día y no me puedo quitar de la cabeza. Ojala sucediera igual con aquellos en los que apareces pero mi memoria es caprichosa. Estaba en un lugar extraño en el que no me sentía segura, cogía mi teléfono móvil e intentaba llamar por teléfono. No recuerdo a quien tampoco que pretendía con esa llamada pero por más que lo intentaba el teléfono siempre se apagaba. Me desperté sin haberlo conseguido y volvió a aparecer esa sensación. En realidad nunca se había ido.

martes, 23 de agosto de 2011

Del verbo soñar

Prometo que quería dejar de escribir entradas ñoñas. Soy la primera que se sorprende con esa faceta de sí misma. Venía dispuesta a romper los esquemas y demostrar que las cosas no siempre son maravillosas. Pero... Hace dos noches me fui a dormir y soñé con ella. No sabría decir donde estábamos pero no importaba. Podía observar su cara a menos de un par de centímetros de distancia. Empecé a acariciarle como había hecho tantas veces. Una mezcla de deseo y ternura se apoderaba de mi cuerpo. Hasta que mi boca se acerco a la suya. Necesitaba besarle hasta desgastar nuestros labios. Empecé a tocar cada centímetro de su cuerpo. Imposible describir a mis manos rozando su piel. Su mano se acerco a mi cara, me dio un último beso y me desperté. Con esa sensación como si el mundo se estuviera quedando pequeño. Había tantas personas empeñadas en hacerme feliz y en cambio ella no tenía ni que proponérselo.

domingo, 21 de agosto de 2011

No tener miedo

Déjame que te cuente que llevo días buscándote en cada rincón. Voy a desgastar mi memoria de tanto recordar. Siento una rabia tan inmensa que hace que sea difícil respirar. No dejo de pensar en todos los momentos que podríamos haber añadido a nuestra colección. Me siento culpable por no haberte transportado a aquel lugar donde no existen los problemas. Te das cuenta yo quería construir un lugar en el que fueras la persona más feliz del mundo pero he conseguido lo contrario. Incluso sin proponérmelo soy destructiva y consigo que te plantees en acabar con todo. Lo triste es que el único motivo es esa maldita impotencia que aumenta por momentos. Me hace que sea débil y me aleja de la dosis de fuerza necesaria para seguir luchando. Pero lo que menos me importa es ese conjunto de sentimientos contradictorios que recorren mi interior. Te aseguro que por ti sería capaz de cualquier cosa. Sí, soy consciente de todo lo que esto significa. Solo tú has conseguido despertar una parte desconocida de mi misma. Y aunque tengas miedo, no te alejes, porque no pararé hasta conseguir que cada una de nuestras ilusiones sea haga realidad. Hasta que podamos decir que hemos aprendido a no tener miedo juntas.

viernes, 5 de agosto de 2011

Veinticuatro horas

Tan solo hace 24 horas que no hablamos. Quizás a ti te guste más expresado en segundos. 86400 segundos echando de menos cada una tus palabras. Se me hace extraño sentirte tan lejos. Me resulta inevitable pensar lo que estarás haciendo a cada momento. Te imagino mientras descubres esos nuevos paraísos y daría cualquier cosa por estar a tu lado. A decir verdad tampoco sería necesario irse demasiado lejos. Tú eres capaz de convertir la cotidianeidad en un nuevo paraíso. Tengo tantas cosas que contarte que he decido apuntarlo para no olvidar nada. La mayoría son cosas tontas pero sabes que hasta el más mínimo detalle me gusta compartirlo. No dejo de pensar en ti y desear que el tiempo avance. Me empiezo a preocupar porque me debo haber vuelto una ñoña integral. Dentro de poco empezaré a hacer todo aquello que siempre he odiado. Quizás comience con “Eres mi primavera” y acabe pintando corazones en cada rincón. Qué sé yo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Piezas

Cuando el puzzle no está montado el más leve tambaleo hace que las piezas se desordenen. Nosotras somos piezas que encajan a la perfección pero no tienen la posibilidad de estar unidas. De vez en cuando cada uno de los obstáculos se hace tan presente que todo empieza a temblar. Las piezas que antes estaban separadas pero estratégicamente colocadas se desordenan. Tardan en encontrar su lugar pero siempre lo acaban encontrando. Cada una de mis piezas necesita de las tuyas. Joder, yo también tengo miedo.

sábado, 30 de julio de 2011

Distintas vidas

Resulta curioso vivir sabiendo lo que sucederá. Imagina que te levantas un día, no sabes que hacer y te ofrecen dos planes distintos. Uno de ellos es pasar la mañana en la piscina. El otro consiste en un plan totalmente opuesto hacer senderismo por la montaña. Entras dentro de tu álbum de “Cosas que ocurrirán en el futuro”. Si vas a la piscina, el aire hará que se te vuele ese sombrero que te compraste el otro día en rebajas. Nunca antes te habías comprado un gorro y ni te habías atrevido a ponértelo. Pero dará la casualidad que volará hasta la toalla de esa chica que esta tranquilamente tomando el sol. Te lo devolverá, te sonreirá a la vez y de sus labios saldrá alguna frase tonta como “¿Veraneas aquí?”. Una forma más de iniciar una conversación que probablemente no llevará a nada. Pero no podrás dejar de pensar en esa sonrisa, en esos labios y en esa mirada que te ha dejado sin respiración. Volverás a aquella playa y no pararás hasta volver a coincidir con ella pero nunca llegarás a encontrarla. Te quedarás con el recuerdo y la esperanza de que algún día volveras a encontrarte con ella. La realidad es que no lo harás y al saberlo ni siquiera te preocuparas en buscarla. Esperaras a que aparezca esa chica que conocerás de forma casual en una reunión de trabajo. No será el amor de tu vida pero conseguirá llenar el hueco que hay entre tu hombro y tu pecho. A lo mejor el amor consiste en compartir la vida con una persona a la que no amas pero sabes que nunca te abandonara. En cambio si vas a la montaña no echarás en falta a la chica de la piscina porque no sabrás de su existencia. Caminarás tranquilamente por una montaña que te llevara a una cascada. El camino será irregular y tendrás la mala suerte de tropezar con una piedra. Estarás un rato en el suelo, inconsciente, todo se volverá oscuro y de golpe lo primero que verás será a ella. No sabrás donde estas pero la oscuridad desaparecerá por completo y se tornará clara. Más tarde descubrirás que aquella chica desconocida es una enfermera que te curara la brecha que te has hecho en la cabeza. Pensarás en si sería tan fácil curar las heridas de tu corazón. Te sentirás sola, perdida y ella comenzará a hablar. Está haciendo su trabajo te repetirás constantemente pero no podrás evitar sentir algo especial. Ella seguirá apareciendo en sus ratos libres a darte conversación e intentar sacarte una sonrisa. El último día de ingreso en la hoja del alta pondrá su nombre y su teléfono. Sin darte cuenta empezarás a echar en falta esos momentos y aunque esté en contra de tus principios la acabarás llamando. Porque sabes que la encontrarás y que será aquello que siempre has estado buscando aunque a veces te haga perder el control. La vida es algo complicado y la realidad es que no sabemos qué sucederá. Ni que hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas. Nos toca vivir una vida asumiendo que estás actuando como mejor sabes y que estás apostando por aquello que te hará feliz. Aunque a veces mil dudas recorran tu interior. ¿Y si hubiera vuelto a coincidir con la chica de la playa? ¿O si nunca me hubiera tropezado caminando por la montaña?

Fracaso

Añadimos otro a esta eterna colección de fracasos. Llega un momento en el que te acostumbras. Las caídas van siendo más llevaderas de tal forma que apenas se siente dolor. Puede que en el fondo todo sea una gran mentira. Un caparazón que creamos para ser invencibles. O al menos para creer que lo somos. Porque ninguna persona puede estar convencida de nada y menos de cosas tan alejadas de nosotros mismos. Sin embargo hay personas que no dejan que los fracasos sean un obstáculo. Siguen luchando con la esperanza de que algún día las cosas cambien. Si fracasas cien veces, ¡no estás perdido! Habrás encontrado cien formas distintas de no alcanzar aquello que deseabas. Merece la pena continuar adelante aunque a veces no nos sintamos capaces.

miércoles, 27 de julio de 2011

Personas pequeñas

Me gustaba cuando el silencio decía más que las palabras. No significa que ahora las palabras no digan nada pero les faltan matices en cada renglón. O cuando el séptimo sentido no era necesario porque utilizábamos los demás. Porque no voy a negar que sea mágico poder crear algo único pero a veces te deja con una sensación incompleta. ¿Crees que la única verdad es que todo es muy grande y yo demasiado pequeña?. Te prometo que soy incapaz de obtener una respuesta. Te quiero más que a nada y a penas sé demostrarlo. Quizás hay demasiadas cosas en medio. Y temo que algún día los monstruos te ataquen y yo sea demasiado débil como para saber cómo matarlos. No porque no quiera sino porque no encuentre la forma. Odio esa capacidad que tengo de sentirme incapaz. Probablemente el problema sea que soy el ser más imperfecto del mundo. Un conjunto de acciones desordenadas, miedo e inseguridad. Piezas que no me hacen sentir parte de un conjunto hasta que llegas tú. Entonces recuerdo los momentos a tu lado y parece que la felicidad se hacía presente casi sin llamarla. Ser feliz puede ser fácil de la forma más sencilla. Si nos limitamos a vivir sin pensar en lo que vendrá.

domingo, 24 de julio de 2011

Algo incontrolable

Cojo el lip smacker Coca-cola cherry y lo restriego entre mis labios. Inmediatamente recuerdo esa mezcla de sabores cuando nuestros labios se juntan. Tú me transformas y me conviertes en una persona diferente. Contigo soy capaz de sacar la parte más ñoña de mí y de vez en cuando la más insoportable. Sin proponértelo rompes mis esquemas y consigues aquello que siempre ha estado fuera de mis expectativas. Yo nunca he buscado las mismas cosas que el resto de la gente. Nunca pensé que podría sentir algo tan fuerte por alguien. Y entonces llegaste tú y ni siquiera tuve que pensar si era lo que quería porque no lo podía controlar.

jueves, 14 de julio de 2011

Rabia

Si tuviera que elegir una palabra sin duda sería rabia. Da rabia asumir que nunca serás lo suficiente en ningún aspecto. El camino es largo y ni siquiera está definido pero tú te empeñas en no caminar sobre seguro. Sabes que si lo hicieras no tendría la emoción suficiente como para continuar hacia delante. De vez en cuando me siento como una simple espectadora de mi propia vida en la que soy incapaz de conformarme con lo que tengo. Me propongo algo y no paró hasta conseguirlo pero una vez que lo consigo pierde la emoción. Aquello que tanto me importaba solo me produce un éxtasis nada más conseguirlo y después es como si no existiera porque se desvanece. Pero eso solo me pasa cuando se trata de cosas que no tienen relación contigo. De hecho tu eres una de esos motivos por los que me convierto en la persona más inconformista del mundo. Siempre quiero más cuando se trata de ti.

sábado, 2 de julio de 2011

Torremolinos

De vez en cuando un conjunto de palabras no consigue decir nada. Lees una vez tras otra pero te quedas con la misma sensación. En esos casos a mi me suele resultar sencillo encontrar un ejemplo para que las cosas más complejas puedan parecer sencillas.

Laura es una chica morena con ojos castaños. Tiene el pelo corto a pesar de que no le gustan sus orejas. Digamos que no es extrovertida pero necesita el contacto de otras personas para ser más feliz. Durante toda su vida en vacaciones ha viajado al pueblo de sus abuelos, Torremolinos. No es el pueblo más bonito del mundo pero para ella es especial. Guarda recuerdos en cada rincón y cuando era más pequeña en ese lugar se encontró a sí misma, conoció el significado de la amistad y empezó a entender el amor. Sabe que siempre será especial y que una parte de ella siempre formara parte de ese sitio. El año pasado Laura viajo de vacaciones a Nueva York. Era la primera vez que no visitaba el pueblo de sus abuelos y una parte de ella se sentía perdida. Por un lado deseaba disfrutar de los nuevos paisajes y sensaciones que le iba a aportar un lugar extraño pero por otro echaba de menos todas aquello que dejaba atrás. El viaje resulto ser un desastre: su vuelo se retraso, le perdieron el equipaje y ni siquiera acababa de encontrarse en una ciudad tan caótica. Este año volvía a dejar a un lado el pueblo de sus abuelos porque iba a conocer Siberia y lo cierto es que se sentía ilusionada. Una ilusión camuflada en un poco de miedo en que una vez más un nuevo lugar le volviera a dejar con un extraño sabor de boca. A veces se torturaba pensando que si nunca hubiera veraneado en Torremolinos hubiera aprendido a apreciar más cualquier otro lugar pero la realidad es que lo que gustaba no era su belleza era esa sensación tan indescriptible. Lo peor de todo es que dudaba todo el tiempo ¿Y si ese viaje hubiera salido bien? ¿Hubiera conseguido superar todos los momentos en Torremolinos?

viernes, 1 de julio de 2011

Simples letras

Mis dedos se deslizan por el teclado en busca de palabras. Podría escribir a cerca de todo y a la vez de nada. Se me ocurren tantas cosas que a la vez prefiero no plasmar ninguna. Deseo ser una persona opaca de esas que son difíciles de descifrar. Sin embargo conmigo ocurre justo lo contrario y eso es algo que asusta. Mostrar demasiado no es bueno pero tampoco sirve enseñar una parte incompleta. Resulto incomprensible a aquellos que me rodean e incluso a veces no me comprendo a mí misma. Ocultarse al mundo no hace que las cosas sean diferentes. Me engaño pensando que los conceptos abstractos no existen y me convierto en una persona que cree ciegamente que aquello que siente son reacciones químicas que están ocurriendo en su cuerpo. Una excusa para alejarme de la realidad. Pero mi única realidad es que todo esto no son más que palabras. Simples letras que intentan ocultar lo que podría ser pero no soy.