sábado, 30 de julio de 2011

Distintas vidas

Resulta curioso vivir sabiendo lo que sucederá. Imagina que te levantas un día, no sabes que hacer y te ofrecen dos planes distintos. Uno de ellos es pasar la mañana en la piscina. El otro consiste en un plan totalmente opuesto hacer senderismo por la montaña. Entras dentro de tu álbum de “Cosas que ocurrirán en el futuro”. Si vas a la piscina, el aire hará que se te vuele ese sombrero que te compraste el otro día en rebajas. Nunca antes te habías comprado un gorro y ni te habías atrevido a ponértelo. Pero dará la casualidad que volará hasta la toalla de esa chica que esta tranquilamente tomando el sol. Te lo devolverá, te sonreirá a la vez y de sus labios saldrá alguna frase tonta como “¿Veraneas aquí?”. Una forma más de iniciar una conversación que probablemente no llevará a nada. Pero no podrás dejar de pensar en esa sonrisa, en esos labios y en esa mirada que te ha dejado sin respiración. Volverás a aquella playa y no pararás hasta volver a coincidir con ella pero nunca llegarás a encontrarla. Te quedarás con el recuerdo y la esperanza de que algún día volveras a encontrarte con ella. La realidad es que no lo harás y al saberlo ni siquiera te preocuparas en buscarla. Esperaras a que aparezca esa chica que conocerás de forma casual en una reunión de trabajo. No será el amor de tu vida pero conseguirá llenar el hueco que hay entre tu hombro y tu pecho. A lo mejor el amor consiste en compartir la vida con una persona a la que no amas pero sabes que nunca te abandonara. En cambio si vas a la montaña no echarás en falta a la chica de la piscina porque no sabrás de su existencia. Caminarás tranquilamente por una montaña que te llevara a una cascada. El camino será irregular y tendrás la mala suerte de tropezar con una piedra. Estarás un rato en el suelo, inconsciente, todo se volverá oscuro y de golpe lo primero que verás será a ella. No sabrás donde estas pero la oscuridad desaparecerá por completo y se tornará clara. Más tarde descubrirás que aquella chica desconocida es una enfermera que te curara la brecha que te has hecho en la cabeza. Pensarás en si sería tan fácil curar las heridas de tu corazón. Te sentirás sola, perdida y ella comenzará a hablar. Está haciendo su trabajo te repetirás constantemente pero no podrás evitar sentir algo especial. Ella seguirá apareciendo en sus ratos libres a darte conversación e intentar sacarte una sonrisa. El último día de ingreso en la hoja del alta pondrá su nombre y su teléfono. Sin darte cuenta empezarás a echar en falta esos momentos y aunque esté en contra de tus principios la acabarás llamando. Porque sabes que la encontrarás y que será aquello que siempre has estado buscando aunque a veces te haga perder el control. La vida es algo complicado y la realidad es que no sabemos qué sucederá. Ni que hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas. Nos toca vivir una vida asumiendo que estás actuando como mejor sabes y que estás apostando por aquello que te hará feliz. Aunque a veces mil dudas recorran tu interior. ¿Y si hubiera vuelto a coincidir con la chica de la playa? ¿O si nunca me hubiera tropezado caminando por la montaña?

Fracaso

Añadimos otro a esta eterna colección de fracasos. Llega un momento en el que te acostumbras. Las caídas van siendo más llevaderas de tal forma que apenas se siente dolor. Puede que en el fondo todo sea una gran mentira. Un caparazón que creamos para ser invencibles. O al menos para creer que lo somos. Porque ninguna persona puede estar convencida de nada y menos de cosas tan alejadas de nosotros mismos. Sin embargo hay personas que no dejan que los fracasos sean un obstáculo. Siguen luchando con la esperanza de que algún día las cosas cambien. Si fracasas cien veces, ¡no estás perdido! Habrás encontrado cien formas distintas de no alcanzar aquello que deseabas. Merece la pena continuar adelante aunque a veces no nos sintamos capaces.

miércoles, 27 de julio de 2011

Personas pequeñas

Me gustaba cuando el silencio decía más que las palabras. No significa que ahora las palabras no digan nada pero les faltan matices en cada renglón. O cuando el séptimo sentido no era necesario porque utilizábamos los demás. Porque no voy a negar que sea mágico poder crear algo único pero a veces te deja con una sensación incompleta. ¿Crees que la única verdad es que todo es muy grande y yo demasiado pequeña?. Te prometo que soy incapaz de obtener una respuesta. Te quiero más que a nada y a penas sé demostrarlo. Quizás hay demasiadas cosas en medio. Y temo que algún día los monstruos te ataquen y yo sea demasiado débil como para saber cómo matarlos. No porque no quiera sino porque no encuentre la forma. Odio esa capacidad que tengo de sentirme incapaz. Probablemente el problema sea que soy el ser más imperfecto del mundo. Un conjunto de acciones desordenadas, miedo e inseguridad. Piezas que no me hacen sentir parte de un conjunto hasta que llegas tú. Entonces recuerdo los momentos a tu lado y parece que la felicidad se hacía presente casi sin llamarla. Ser feliz puede ser fácil de la forma más sencilla. Si nos limitamos a vivir sin pensar en lo que vendrá.

domingo, 24 de julio de 2011

Algo incontrolable

Cojo el lip smacker Coca-cola cherry y lo restriego entre mis labios. Inmediatamente recuerdo esa mezcla de sabores cuando nuestros labios se juntan. Tú me transformas y me conviertes en una persona diferente. Contigo soy capaz de sacar la parte más ñoña de mí y de vez en cuando la más insoportable. Sin proponértelo rompes mis esquemas y consigues aquello que siempre ha estado fuera de mis expectativas. Yo nunca he buscado las mismas cosas que el resto de la gente. Nunca pensé que podría sentir algo tan fuerte por alguien. Y entonces llegaste tú y ni siquiera tuve que pensar si era lo que quería porque no lo podía controlar.

jueves, 14 de julio de 2011

Rabia

Si tuviera que elegir una palabra sin duda sería rabia. Da rabia asumir que nunca serás lo suficiente en ningún aspecto. El camino es largo y ni siquiera está definido pero tú te empeñas en no caminar sobre seguro. Sabes que si lo hicieras no tendría la emoción suficiente como para continuar hacia delante. De vez en cuando me siento como una simple espectadora de mi propia vida en la que soy incapaz de conformarme con lo que tengo. Me propongo algo y no paró hasta conseguirlo pero una vez que lo consigo pierde la emoción. Aquello que tanto me importaba solo me produce un éxtasis nada más conseguirlo y después es como si no existiera porque se desvanece. Pero eso solo me pasa cuando se trata de cosas que no tienen relación contigo. De hecho tu eres una de esos motivos por los que me convierto en la persona más inconformista del mundo. Siempre quiero más cuando se trata de ti.

sábado, 2 de julio de 2011

Torremolinos

De vez en cuando un conjunto de palabras no consigue decir nada. Lees una vez tras otra pero te quedas con la misma sensación. En esos casos a mi me suele resultar sencillo encontrar un ejemplo para que las cosas más complejas puedan parecer sencillas.

Laura es una chica morena con ojos castaños. Tiene el pelo corto a pesar de que no le gustan sus orejas. Digamos que no es extrovertida pero necesita el contacto de otras personas para ser más feliz. Durante toda su vida en vacaciones ha viajado al pueblo de sus abuelos, Torremolinos. No es el pueblo más bonito del mundo pero para ella es especial. Guarda recuerdos en cada rincón y cuando era más pequeña en ese lugar se encontró a sí misma, conoció el significado de la amistad y empezó a entender el amor. Sabe que siempre será especial y que una parte de ella siempre formara parte de ese sitio. El año pasado Laura viajo de vacaciones a Nueva York. Era la primera vez que no visitaba el pueblo de sus abuelos y una parte de ella se sentía perdida. Por un lado deseaba disfrutar de los nuevos paisajes y sensaciones que le iba a aportar un lugar extraño pero por otro echaba de menos todas aquello que dejaba atrás. El viaje resulto ser un desastre: su vuelo se retraso, le perdieron el equipaje y ni siquiera acababa de encontrarse en una ciudad tan caótica. Este año volvía a dejar a un lado el pueblo de sus abuelos porque iba a conocer Siberia y lo cierto es que se sentía ilusionada. Una ilusión camuflada en un poco de miedo en que una vez más un nuevo lugar le volviera a dejar con un extraño sabor de boca. A veces se torturaba pensando que si nunca hubiera veraneado en Torremolinos hubiera aprendido a apreciar más cualquier otro lugar pero la realidad es que lo que gustaba no era su belleza era esa sensación tan indescriptible. Lo peor de todo es que dudaba todo el tiempo ¿Y si ese viaje hubiera salido bien? ¿Hubiera conseguido superar todos los momentos en Torremolinos?

viernes, 1 de julio de 2011

Simples letras

Mis dedos se deslizan por el teclado en busca de palabras. Podría escribir a cerca de todo y a la vez de nada. Se me ocurren tantas cosas que a la vez prefiero no plasmar ninguna. Deseo ser una persona opaca de esas que son difíciles de descifrar. Sin embargo conmigo ocurre justo lo contrario y eso es algo que asusta. Mostrar demasiado no es bueno pero tampoco sirve enseñar una parte incompleta. Resulto incomprensible a aquellos que me rodean e incluso a veces no me comprendo a mí misma. Ocultarse al mundo no hace que las cosas sean diferentes. Me engaño pensando que los conceptos abstractos no existen y me convierto en una persona que cree ciegamente que aquello que siente son reacciones químicas que están ocurriendo en su cuerpo. Una excusa para alejarme de la realidad. Pero mi única realidad es que todo esto no son más que palabras. Simples letras que intentan ocultar lo que podría ser pero no soy.